sábado, 11 de enero de 2014

IN MEMORIAN: Dr. Rafael Gª Peña, Jefe de Cardiología del Hospital Quirón

El pasado jueves 12 de diciembre falleció Rafael García Peña a la edad de 56 años, que en la actualidad era Jefe de los Servicios de Cardiología de los Hospitales Quirón Campo de Gibraltar y Quiron Marbella y también del Servicio de Cardiología del Hospital Parque San Antonio de Málaga.

Leer el artículo del prestigioso cardiólogo linense, Doctor Luis A. Iñigo, en Diario ÁREA.-


Rafa estudió en la Facultad Medicina de la Universidad de Málaga y tras superar el examen MIR, de forma sobresaliente, hizo Cardiología en el Hospital Carlos Haya, especialidad que ejerció durante toda su carrera, liderando algunos de los campos más complejos de la misma como son la Cardiología Intervencionista y la Cardiología Infantil.

Desarrolló su actividad profesional durante muchos años en el Hospital Carlos Haya; creó asimismo el Servicio de Cardiología del Hospital Parque San Antonio, para posteriormente desarrollar también con éxito la gestión de la Cardiología en los Hospitales USP Marbella -hoy Quiron Marbella- y Quiron Campo de Gibraltar y de esta forma conseguir aunar con éxito el ejercicio de la Medicina y la Cardiología con el desarrollo empresarial en el ámbito de la prestación de los servicios cardiológicos.

El anuncio de su muerte nos llegó trabajando, el teléfono nos trajo la desgraciada noticia de su pérdida. La traicionera muerte le sorprendió de forma súbita, no le hubiera vencido de otra forma.
Rafa ha significado mucho para todos los que tuvimos la suerte de conocerlo y tratarlo. Llevó la Cardiología a su máxima expresión, teniendo siempre presente que lo primero es el paciente, la persona que sufre, y así nos lo recordaba y nos lo hacía tener presente cada día. Sus proverbiales sentencias, nacidas de la experiencia de tantos casos, nos iluminan constantemente.

Dignificó el ejercicio de nuestra profesión en un grado tan solo comparable al de su generosidad. Amante de la música, como una faceta importante de la vida -a la que amaba-, tocaba la guitarra con gran armonía, tan solo unos días antes de su muerte estaba dando un concierto benéfico en Málaga. Rafa era, desde luego, una de las personas más amables, ecuánimes y dignas de amistad que he conocido, virtudes que se encuentran también en su familia, cuyo trato es una dicha.
Rafa, querido amigo, quizá no se levante un cenotafio en tu recuerdo, pero seguro que se construirá en los corazones de todos los que te hemos querido. Descansa en paz.

Doctor Luis A. Iñigo

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