Dentro de la tan llevada y traída Marca España, si de alg o puede presumir nuestra provincia es de lucir con fuerza como reclamo turístico. Junto a la belleza de nuestros pueblos y monumentos, nuestra cultura, nuestros caldos, nuestra cocina, el Carnaval, la feria y demás fiestas populares… es indudable que el clima es un regalo de dioses para este castigado rincón donde tan necesario es el trasiego de turistas que se rinden a nuestros encantos.
Los accesos de llegada y salida dejan mucho que desear y no te digo ya si hablamos de la carretera que nos une con el litoral tarifeño y que verano tras verano nos atrapa en una cola interminable de coches. Pero el peligro no solo está en ese puerto zigzagueante de curvas que tanto respeto debe producirnos al volante, el peligro también se halla, una vez que llegamos al destino, en la costa.
Hace dos fines de semana, sin este levante que ahora nos azota, dos buenos amigos, Antonio y Carmen, tuvieron serios problemas en la playa de Los Lances en Tarifa. Se vieron atrapados en un remolino de corrientes que puso en peligro sus vidas. Durante más de media hora lucharon por salir de aquella pesadilla en la que seis personas más se vieron involucradas a lo largo del fin de semana. Ningún vigilante ni ningún equipo de rescate se encontraba presente en esos momentos para socorrerlos. Una vez que el destino de Carmen la escupió a la orilla, gritó desesperada que su amigo aún estaba dentro. Un malagueño, que disfrutaba de un domingo playero, al ver que nadie había para auxiliarlo cogió la tabla de su hijo y entró a rescatar a Antonio que cuando vio un objetivo posible sacó las pocas fuerzas que le quedaban y nadó hasta poder agarrarse a él. “Eres un ángel” fue lo primero que le dijo una vez que consiguió esquivar la muerte.
Esta falta de atención en las costas tarifeñas ha llevado a que el partido socialista pida la dimisión del alcalde que pertenece al bando contrario. Una situación que años atrás, cuando los socialistas gobernaban, fueron los del PP los que denunciaron. Un cruce de acusaciones que viene de largo pero que ninguno ha solucionado mientras andamos desprotegidos ante los inesperados peligros que las corrientes marinas esconden.
Parece mentira que a estas alturas nuestros políticos no se enteren de que aquí la temporada de playa comienza antes de la fecha que ellos imponen y que después por una cosa u otra se suele retrasar sobre la fecha establecida. Todo esto sin entrar a analizar con lupa la infraestructura de la que alardean en los medios de comunicación y que después se queda en la mitad.
Déjense de marear la perdiz que esto es algo muy serio y pongan todos los medios a su alcance para que estas cosas no sucedan más porque estamos hablando de un dispositivo que salva vidas en peligro y que debe estar con los primeros calores en las zonas más conflictivas de nuestras costas. Estamos hartos de palabras y de promesas y lo que es aun peor, estamos hartos de que nos tomen por idiotas.
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