domingo, 8 de septiembre de 2013

Detienen a dos personas por robar rejas y puertas en la urbanización fantasma Cortijo Grande


La constructora denuncia la sustracción de 35 puertas y 15 rejas de hierro


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Agentes de la Guardia Civil del puesto principal de Loss Barrios y pertenecientes a la Comandancia de Algeciras detuvieron a dos personas como supuestas autoras de un delito de robo con fuerza en las cosas por sustraer 35 puertas y 15 rejas de hierro de una urbanización inhabitada del municipio, Los Alburejos.

Leer en Diario ÁREA.-

Las detenciones se produjeron cuando realizaban servicio de seguridad ciudadana por la localidad y al realizarlo a la altura de la urbanización de Los Alburejos observaron en un camino cercano a una furgoneta parada. Presentaba las ruedas reventadas y sus dos ocupantes intentaban solucionar la incidencia.


 El Instituto armado indicó en un comunicado que la patrulla se paró y prestó su ayuda pero, al observar el exceso de carga, comprobaron la mercancía transportada. Eran 11 puertas y una reja de hierro. Los ocupantes no pudieron acreditar la procedencia legal de lo transportado, así que la Guardia Civil intervino la mercancía para comprobar la procedencia de la mercancía.

En la inspección ocular realizada en la urbanización observaron que faltaban puertas y rejas en numerosas viviendas, que coincidían con las transportadas en la furgoneta. El responsable de la constructora presentó la denuncia por la sustracción de un total de 35 puertas y 11 rejas de hierro. Así, se detuvo a las dos personas y se recuperaron 11 puertas y una reja, que arrojaban un peso de 550 kilos y un valor de 24.000 euros.


La barriada fantasma de la Villa

Recordar en EuropaSUR.-

Más de 60 viviendas de Cortijo Grande permanecen vacías a la espera de bancos y juzgados · La promotora acusa al Consistorio de no ceder el suelo para una subestación eléctrica desde 2006 y provocar el desastre


No hay ruido de coches al pasar. Ni de niños corriendo a la vuelta de clase. No hay vida en el barrio. La espectacular promoción inmobiliaria El Toñanejo levantada por Alcalá Sur en Los Barrios duerme en silencio. Los Alburejos, villas en un grandioso balcón hacia la Bahía de Algeciras y el parque natural de Los Alcornocales, corren a su vera la misma suerte.

Un retraso en la entrega motivado por la falta de energía eléctrica unido a la restricción del crédito bancario provoca que las viviendas estén cerradas desde principios de 2009. La situación no es más que el reflejo de una realidad que tiene tantos ejemplos casi como municipios hay en España. Bloques de viviendas enteros sin estrenar. Hileras de adosados sin ocupar. Un contrasentido: viviendas sin vida.

Cortijo Grande estaba llamado a ser la zona de expansión de la localidad en un entorno envidiable. Alcalá Sur se embarca en 2006 en cuatro promociones sin precedentes en un momento en el que la crisis no aparecía ni en el más pesimista de los sueños. Más de 700 viviendas proyectadas en 417.000 metros cuadrados repartidos en varias parcelas. Dos fases quedan entregadas en 2008, justo antes del estallido de la crisis.

Hoy, la oficina de ventas de Cortijo Grande -ubicada junto a las dos primeras fases de la barriada- permanece cerrada y con las persianas echadas. Nadie responde al teléfono. En la oficina central de la promotora, en Algeciras, la actividad dista mucho de ser la de antaño. Juan Carlos Fernández, gerente de Alcalá Sur, y un portavoz de la promotora acusan al Ayuntamiento de Los Barrios de haber sido el responsable de la "hecatombe". Reconocen que una concatenación de dificultades unida a la crisis financiera, la caída del sector y la falta de créditos se han convertido en la espada de Damocles que amenaza al negocio. La oficina sigue abierta en un gesto, dicen, de dar la cara.

"En 2006 firmamos un convenio con el Ayuntamiento y Endesa para construir una subestación eléctrica de 60 megavatios con la que surtir al municipio y acabar con la falta de capacidad de la red. Costaba 6 millones de euros. Adelantamos el 10%. Aún estamos esperando a que el Ayuntamiento ceda el suelo, su único compromiso", explica Fernández. El promotor sostiene que Endesa denegó el enganche a la red de las 64 viviendas de El Toñanejo por no estar construida la infraestructura. "Eso nos provoca un retraso en la entrega pese a que las terminamos tres meses antes. Los clientes comienzan a rescindir los contratos desde el primer día de retraso. A muchos de los que se quedan, les deniegan la hipoteca. Varios habían falseado su situación económica y otros rescinden porque querían especular con las viviendas", precisa Fernández. Los 64 contratos de compraventa se incumplen. El banco que financió la construcción decide iniciar procedimiento de ejecución hipotecaria a la par que ahora se intenta negociar una salida a la situación. Un proceso largo.

Las casas comienzan a acusar ya los primeros signos de deterioro provocados, precisamente, por falta de uso y conservación. Paredes que comienzan a oscurecerse, ventanas que empiezan a resultar opacas debido a la acumulación de polvo y calles que sufren desprendimientos como la que circunda a las villas cuyo precio de venta superaba los 600.000 euros. También se han producido saqueos, principalmente en mecanismos eléctricos y sanitarios.

En una pastilla de suelo contigua a las obras se almacenan los puntales con los que fueron levantadas las estructuras de las casas, parte de una grúa y materiales de obra. En una esquina quedan apilados bloques de hormigón prefabricado con los que se hicieron los cercados de los coquetos jardines -hoy poblados de malas yerbas secas- en una montaña que mengua según pasan los días.

Numerosos vecinos Los Tinajones y Las Jandillas, los bloques y adosados separados de éstos por una calle, acuden a diario a pasear por esta urbanización detenida en el tiempo. Caminan junto a una piscina donde nunca se han oído chapoteos pese a que terminó de construirse y luce hasta los flotadores de salvamento. "Los promotores inmobiliarios siempre quedamos como los malos de la película. Nosotros terminamos las viviendas. Las calles, las señales, todo. El Ayuntamiento no cumplió su parte", protestan.

Desde la concejalía de Urbanismo, que titula Miguel Alconchel, señalan que la promotora dejó sistemas generales sin terminar y conexiones con las redes de suministros sin hacer. Las calles interiores de El Toñanejo están recepcionadas por el Consistorio, no así el anillo exterior donde se registran los hundimientos. El Ayuntamiento espera ejecutar el aval depositado en su día con el fin de remozar los desperfectos a la par que insta a los bancos a desbloquear la situación sacando de nuevo al mercado las viviendas y a las entidad que poseen el resto de pastillas a dar una solución.

Fernández niega las acusaciones municipales y asevera que los 64 chalés estaban a la espera de la concesión de la licencia de primera ocupación, documento que da vía libre para escriturar. "Falló el convenio para la subestación. Eso provoca el desequilibrio", insiste.

Alcalá Sur intentó mover ficha con otras dos promociones para tratar de reflotar un barco que comenzaba a hacer aguas. Aprovechando los otros sectores dentro del área de expansión promovieron una campaña de pisos -Aguadulce- a un precio asequible (129.000 euros). "Llegamos en pocos meses a firmar más de 60 contratos de compraventa. El banco nos negó la financiación", justifica. Posteriormente, añaden, diseñaron con el Ayuntamiento un procedimiento de innovación urbanística con la idea de levantar viviendas con la colaboración de la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA). También queda olvidado pese a que pasó por Pleno. Ambas pastillas de suelo tienen detrás a entidades bancarias.

Ahora, muchos de los compradores de El Toñanejo esperan que la situación se resuelva con el fin de recibir el dinero entregado a cuenta. Algunos de ellos se agrupan en foros de Internet. La salida pasa por esperar al procedimiento concursal de la empresa que ponga en orden las cuentas con la esperanza de recibir el dinero depositado o parte de él y que ahora está convertido en ladrillos. En los hilos acusan a la promotora de darles largas y no devolver los fondos, así como que muchos afectados tenían previsto iniciar procedimientos judiciales contra la constructora. "La deuda es relativa. Nosotros acabamos las casas y son muchos de ellos los que deciden rescindir el contrato, o a los que se niega el crédito. No podíamos prever una situación así", concluyen en la promotora. Sueños de prosperidad en un entorno único truncados por la crisis. Un ejemplo más en un país hormigonado de Norte a Sur.



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